domingo, 4 de diciembre de 2011

A year ago

Como cambian las cosas de un año para otro. Me paro a darme cuenta y hoy hace justo un año de todo aquello. Unas palabras que hicieron daño, que cambiaron cosas y rompieron algunas otras. Amistades perdidas, silencios, miradas de auxilio. La necesidad de un abrazo que no llegaba, las noches de lágrimas.Unas tardes incómodas a lo largo de un frío Diciembre. Nadie se paraba a preguntar: "¿Cómo estás?" Ni un solo indicio de ayuda, no había hombros sobre los que llorar. Y ahí me encontraba yo, perdida en medio de un centenar de personas a las que no conocía gritando a pleno pulmón y no había nadie que ni siquiera levantara la vista. No eran los míos, nunca me habían visto como realmente yo era, me veían como ellos pero yo no era, y no soy, así.Lo único que me llenaba eran sus besos, besos que yo sabía que no me pertenecían, que no significaban para él lo mismo que significaban para mí. El Diciembre más frío desde que me llega la memoria. Frío de amor, de amistad. Frío de necesidad, de añoranza, de soledad. Las luces que la navidad trajo consigo no sirvieron para nada, fue la navidad más triste y más vacía.
Y ahora, después de un año, veo la diferencia. Lo mucho que hemos crecido todos, lo mucho que hemos cambiado. Ahora cada uno va con quien tiene que ir, ahora no hay sonrisas falsas, ni abrazos que no apetecen dar. Ahora todos somos quienes somos realmente, sin caparazones, sin escudos ni disfraces. Ahora "te quiero" significa "te quiero". Y por mucho que cambien las cosas, será así. Ya no habrá más pérdida porque somos todos para todos. Sin problemas. Ahora sí es verdad: “Si tú saltas, yo salto”

No hay comentarios:

Publicar un comentario