martes, 24 de enero de 2012

Kiss me one more time.

Me gustaría sonreír a la vida, me gustaría cambiar mi destino incluso sin saber cual es, quiero ser la dueña de mi vida, dejar de sentir, olvidarme de todo, pensar en mí. Quiero darme un tiempo para respirar, para darle a la tecla "suprimir" y borrar todo lo que llevo por dentro, olvidar que un día fui feliz, olvidar que un día una sonrisa consiguió que saliera mi sonrisa, olvidar que aquellos pasos los dí cogida de su mano. Quiero entrar a aquel dormitorio y no pensar que él un día, o dos, o tres, estuvo allí conmigo, diciéndome que me quería. Ahora entro y lo veo vacío, muy vacío. Como si le faltara amor, como si le faltara vida. Allí quedarán guardadas todas las canciones que te susurraba, todos los "te quiero" que te dije y los que me dijiste tú a mí. Allí quedará cada caricia escondida, cada pique estúpido, cada risa. Allí quedarán los "estoy enfadado pero abrázame", los "no quiero irme de aquí". Allí quedarán todos los planes que hicimos, aquellos sueños de coger tu mano en aquella ciudad lejana, aquellos sueños de echarlos a todos para dormir juntos. Pero, realmente, no necesito entrar a ese dormitorio para recordar todo eso ni para recordar todo lo demás. No, no lo necesito.

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