jueves, 9 de febrero de 2012

Silence

Y ahí me encontraba yo, en medio de la oscuridad con una sola luz iluminándome. Escuchando al silencio. Se suponía que tenía que decir algo, pero el silencio sonaba mejor y para qué mentir, si me atrevía a abrir la boca me temblaría la voz. El hecho de pensar en romper ese silencio eterno y pausado que se había metido a presión en mis tímpanos me hacía temblar, y eso me llevó a plantearme que estaba ocurriendo a mi alrededor. Entonces caí en la cuenta de que estaba viviendo en una subrealidad, en un universo paralelo que yo misma había creado para huir del mundo real, de ese mundo que lo único que hace es torturarnos física y psicológicamente, pero que a veces nos regala los momentos más mágicos y especiales que podáis imaginar. Por lo tanto, me había creado un mundo donde no ocurría nada, ni bueno ni malo, ni mejor ni peor. Absolutamente nada. Me encontraba en medio de mi propio vacío, de mi propio agujero negro, huyendo de todo, escondiéndome como una cobarde. Entonces decidí que tenía que acabar con ese autoengaño, que la realidad es algo que ocurre, que para bien o para mal nos hace crecer y hacernos fuertes a cada paso. Que si no luchamos no vamos a ser ni felices ni amargados, simplemente no vamos a ser. Y señores, créanme, a lo largo de mi vida me han dado infinitos palos que, si retrocedo en el tiempo sabiendo lo que va a ocurrir, estaría dispuesta a volver a recibir porque me lleva a esto, a ser más fuerte, a tener historias que contar. No seáis cobardes, luchad porque vuestra vida sea a vuestra manera. Sí, tendréis obstáculos, se pondrá cuesta arriba, lloraréis, os querréis rendir, pero cuando lleguéis a vuestra meta os daréis cuenta de que a pesar de todo el dolor, ha merecido la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario