jueves, 11 de abril de 2013

Día XVI

Dieciséis días de desintoxicación.

A estas alturas creo que ya te doy por perdido, es más, después de todo esta tarde las pocas fuerzas que me quedaban se me han ido, me rindo, no puedo. Si me quieres lucha ahora tú por mí. No me valen los motivos, quisiera entenderte de verdad, pero soy incapaz de entender que alguien renuncie al amor por cualquier cosa. Ahora sí que me siento como Romeo y Julieta.

Te estás rindiendo, no estás luchando por nosotros. ¿Qué estamos haciendo? Por el amor se lucha, aunque nos de miedo más miedo debería darnos no tenerlo. El amor hay que ganárselo, es algo por lo que deberíamos dar todo, por lo que deberíamos ir hasta el fin del mundo si fuese necesario; que sí, que da momentos de impotencia pero lo compensan los momentos de felicidad. Que sí, que nos da miedo, pero si no luchamos por esto, ¿qué nos queda entonces? Me desgarra el alma ver que, después de todo, lo nuestro ha acabado de esta forma. Nos hemos valorado realmente poco, amor; no nos hemos exprimido al máximo.

Tal vez, y por lo que parece, ya es demasiado tarde para arreglarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario